
La placenta es el órgano que genera y mantiene con vida al bebé durante la gestación. Es el origen de todo y agradecidos de los suministros perfectos de oxígeno y nutrientes que nos trae a la vida nuevos sonidos en nuestro entorno.
Sin embargo, se trata con poco respeto y cariño, como un desecho, cuando ha sido la razón por la cual hemos llegado hasta aquí. Varias culturas la veneran y entierran según sus creencias locales pero con una base común, el respeto a la conexión íntima existente entre ella y su bebé.
¿A quién pertenece la placenta? ¿Puedo pedirla si doy a luz en el hospital?
Según la Declaración de Fortaleza (OMS, 1985), dentro de sus recomendaciones específicas, la mujer puede tomar la decisión sobre el destino de la placenta.
Además, en España se le puede atribuir como una forma de expresión de la libertad ideológica (art. 16 Constitución Española).
Por todo lo anterior, si que puedes solicitar la entrega de tu placenta, ya que es un órgano que te pertenece.
La abogada Francisca Fernández Guillén ha elaborado un documento para argumentar jurídicamente y así facilitar esta petición de manera oficial, el cuál puedes encontrar pinchando aquí https://www.franciscafernandezguillen.com/post/2019/11/07/-puedo-pedir-mi-placenta-al-hospital
¿Pero, qué puedes hacer con la placenta?
Congelarla si no tienes claro lo que quieres hacer con ella. Puedes tomar la decisión más adelante. Para congelarla puedes hacerlo en una bolsa de congelación con zip tamaño mediano. Sigue leyendo para más opciones:

Plantar un árbol: es un concepto bonito ya que irá creciendo y será el símbolo de tu hija/o. Se aconseja no colocar la placenta justo debajo del árbol sino a una distancia entre 50-100 centímetros. La placenta nutrirá a ese árbol de manera progresiva. Puede plantarse en el momento deseado, desde la etapa del puerperio hasta años después con tu propio niña/o. En ese caso, debes congelarla y tener paciencia.

Imprimación de placenta: con la propia sangre residual de la placenta o pintura acrílica de colores. Para realizarlo se necesita papel de acuarela tamaño A2. Os recomiendo comprar el papel de acuarela ya montado con su estructura de madera ya que suele tener mejores resultados y además el cuadro ya está listo para colgarlo directamente. Lo importante es colocar la placenta y el cordón umbilical en la forma deseada y poner sobre ella el papel de acuarela presionando por todos los lugares donde haya materia para que empape y se dibuje en el papel. Es un recuerdo precioso.

Placentofagia: Se trata de la ingesta de la placenta tras el alumbramiento. Hay mujeres que deciden realizar batidos con frutas para su ingesta o su encapsulación para tomarla cocinada o sin cocinar. No se trata de una práctica común en humanas (sí en animales) actualmente, pero se tienen dudas de lo que hacían nuestros ancestros. Los beneficios que se difunden sobre su ingesta son: el reequilibrio hormonal, disminución de la probabilidad de sangrado materno y neonatal, mejora de la producción de leche materna, mejora del ánimo, disminución del riesgo de padecer depresión posparto y reducción de la deficiencia de hierro propia del embarazo. Que la placenta sea rica en esta vitamina ha fomentado la hipótesis de la posible necesidad de ser ingerida, ya que la leche humana es deficitaria en ella y por ello se ofrece vitamina K a los recién nacidos como prevención de hemorragias. La realidad es que no existe la suficiente evidencia para demostrar sus beneficios o riesgos.

La encapsulación de placenta: se trata de deshidratar y encapsular la placenta para ingerirla diariamente hasta su finalización. Es un método cada vez más popular en Estados Unidos y Reino Unido. Es la forma preferida para consumir la placenta aunque se pierde el estímulo neuroendrocrino durante su ingesta (olfato y gusto). Os invito a leer la tesis doctoral y sus conclusiones sobre la ingesta autóloga de placenta de Serra Majem (2015) en el siguiente enlace https://accedacris.ulpgc.es/handle/10553/22590
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